EL LUGAR IDÍLICO PARA MI . . .
Siempre me ha encantado venir a
este magnífico lugar, la abrumadora vista me atrapa, no puedo dejar de mirar al luminoso
horizonte, el enorme sol, en lo alto del cielo azul brilla
como nunca. ¡Es tan mágico!
De repente, la palpable emoción
que emana de mí, cesa de repente, él ha vuelto, al Mariscal sulfuroso nunca le gustó esto, digo para mí evitando su
profunda mirada. Ni se acerca, se queda alejado en la débil sombra
del viejo barco que tenemos amarrado en la cálida orilla del
salado mar. Yo me encuentro en lo alto de la pequeña colina.
Sinceramente, debo reconocer que eso me reconforta, sí he venido aquí es por
desconectar, no para aguantar su negro mal humor.
Sigo contemplando el calmado
paisaje, no se oye prácticamente nada, es increíble, realmente
indescriptible.
Echo una mirada rápida a mí
alrededor y solo veo dulces parejas que pasean juntos como si fuera su último
cálido día sobre la áspera arena de la aromática Valencia. Recuerdo
mi primer caluroso verano aquí, creo que jamás lo podría olvidar….
"Beachy head", en Eastburne
(sur de Inglaterra)
EL PROFESOR PERFECTO PARA MÍ SERÍA . . .
Desde pequeña siempre he deseado
encontrar a esa persona que sea capaz de hacerme entender sin que yo llegue a
sentir agobio, esa utopía que todo alumno busca desde el primer día que entra
al colegio.
Sería fácil decir que lo he
encontrado, en innumerables ocasiones he pensado haberlo hecho, pero creo que
en vano. ¿Existe la persona ideal?, ¿existe el profesor perfecto?
Pienso que cada persona es un mundo, dependiendo de sus necesidades y características un profesor será perfecto para ella o no.
Pienso que cada persona es un mundo, dependiendo de sus necesidades y características un profesor será perfecto para ella o no.
En mi caso, el aspecto más
importante es la paciencia, sobre todo a la hora de explicar, por ejemplo, la
expresión, "¿lo has entendido esta vez?, ¿Y ahora?", quizás habría que replantearnos esa
pregunta y enfocarla de otra manera, "¿me he explicado bien?". Considero esto como algo
razonable, ya que hay niños que necesitan recibir las explicaciones varias veces o de distinta manera y no tendría que pasar absolutamente nada.
El docente perfecto será aquel que
haga en las clases una atmósfera relajada y promueva la motivación en los
alumnos. Ellos deben sentir las ganas de aprender, el deseo… de esta forma y no
de otra, podríamos decir que habríamos encontrado a mi profesor perfecto,
aunque sigo obcecada en la idea de que tal utopía no existe.
ISABEL
No hay comentarios:
Publicar un comentario